Texto IV: El aburrimiento.

Día 10 de confinamiento.
Jamás pensé que diría esto, pero estoy hasta las narices de las redes sociales. 
Hasta las narices de que todo el mundo exprese a través de Instagram su opinión acerca del COVID-19. 
Que ya está, que ha llegado y me parece estupendo que os paséis el día intentando convencer a la gente de que se laven las manos cien veces, que usen mascarilla y no salgan a la calle ¿pero para qué? Si lo sabemos de sobra.
Hasta las narices de que recordéis vuestro viaje perfecto poniendo fotos para que todo dios las mire, que etiquetéis a la gente en mil y un retos que la mitad ni harán y sobre todo que uséis el papel de limpiaros el culo como pelota de fútbol. 
Hasta las narices de leer comentarios diciendo que esto nos va a servir para valorar más a la familia y aprovechar el tiempo perdido con todos ellos. 
Y parece que a todo el mundo le ha dado ahora por empezar a hacer ejercicio, desempolvar sus viejas playeras y grabarse haciendo un par de sentadillas, cuando tú y yo sabemos que el único ejercicio que vas a hacer será eso del video que has subido a Internet.

Pero yo lo veo todo de otra forma. Y creo que no os estáis dando cuenta.
Estáis tan absortos en hacer planes de futuro, en viajes, sueños y logros con fecha limite que no os dais cuenta de que el futuro es ahora. 
Este virus ha sido una putada para muchos y muchas, por no decir para la gran mayoría, pero personalmente a mi me ha dado una paz y una tranquilidad que necesitaba desde hace tiempo; parar el reloj, estar en casa sin hacer nada y aburrirme.
Si, tenemos que aprender a aburrirnos ya que es mucho mas necesario de lo que realmente pensáis. Eso a lo que llamáis “tiempo muerto” yo lo llamo gloria vendita. Si no estuviese aburrida, ni leería, ni escribiría. El aburrimiento es la clave para usar en su gran totalidad nuestra creatividad. Así lo veo yo.

Así que por favor, dejad de programar vuestra vida y vivid el puto momento porque mañana igual ya es tarde.


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